lunes, 25 de mayo de 2009

Capitulo 11: Metarmorfosis

y no!! no son las metamorfosis de Ovidio, sino la de un personaje que ni yo mismo pensé que fuese a acabar asi, mientras los demonios se reunen, en cielo se estremece al escuchar un aullido!!



Capítulo 11: metamorfosis
Después de recibir la noticia de que su incapacitado hermano le acompañaría a la tierra, Ruckfyl, se apresuró a llegar a su casa, si no llegaba rápido su mujer lo mataría. Atravesó el Eliseo a toda prisa buscando los atajos más cortos para llegar a su destino. El cielo era un sitio extremadamente bello. El orgullo de la divina creación. El cielo siempre estaba claro porque el reino celestial estaba situado por encima de las nubes. Nunca anochecía y los ángeles nunca dormían, no lo necesitaban, allí todo era perfecto. Ruckfyl llegó a su casa, su mujer lo esperaba en la cocina. Entró e inmediatamente después llegó a donde se hallaba su esposa. Ella era una chica que aparentaba unos veinte años, aunque en realidad tuviera cerca de tres milenios y medio. Tenía los ojos grises y la larga melena plateada llegaba hasta las rodillas. Cuando vio a su ángel le dirigió una sonrisa blanca como la nieve:
-Llegas tarde.
-Lo sé, la reunión se ha demorado bastante.
-¿Has sido seleccionado?
-Por supuesto, ¿qué esperabas?
-Que no tuvieras que bajar a ese sitio tan horrible ¿Quién va contigo?
-Al único que conozco es a mi hermano.
-¿No le habían retirado?
-Parece ser que no.
-bueno, y ¿Cuándo te vas?
-Aun no hay fecha, voy a andar un rato.
-Estate aquí en tres horas, la comida estará lista para entonces.
Pero Ruckfyl no la oyó, salió a la calle y echó a andar, no sabía que le pasaba. Su ansia de sangre le estaba dominando, se miró la manos y observó que las uñas le habían crecido hasta convertirse en garras, le estaba volviendo a pasar.
-¿Cómo?- se preguntó- se supone que al entrar en el cielo me purificaron, es imposible que esto esté volviendo a pasar.
Se acercó corriendo al rio y se miró en su lisa superficie, pudo contemplar cómo sus rasgos se deformaban hasta parecerse a los de un perro y como sus colmillos crecían hasta multiplicar por cuatro su tamaño original, sus ojos adquirían un tono rojizo y la pupila llegó a cubrir todo el ojo. Sentía que el pelo le crecía por doquier, notó como dos cuernos le brotaban en el nacimiento del pelo y como sus orejas se alargaban, la bestia rugió al verse al fin liberada de su prisión. Lo que antes era Ruckfyl extendió las alas, ya no eran de plumas blancas sino de una membrana viscosa y negra, cuando volvió a plegarlas sus extremadamente afinados oídos distinguieron unos pasos quedos. El bicho miró alrededor de sí mismo y encontró unos matorrales tras los que esconderse. Allí agazapado observó quienes eran los que casi le descubren.
Un grupo de jóvenes ángeles se acercaron al rio había tres chicos y cuatro chicas, cada chico llevaba una chica entre los brazos menos el que iba en el centro, parecía el jefe, y este llevaba agarradas de la cintura a dos chicas, una en cada brazo.
El jefe ordenó que se pararan se tumbaron todos en la hierba fresca y empezaron a besarse. Aunque no podía ver nada, Ruckfyl sabía lo que hacían porque notaba dos energías entrelazándose con otras dos separadas y luego, a parte, dos juntándose con una más fuerte que todas las demás juntas. La bestia no podía determinar quien se encontraba debajo de quien pero vio su oportunidad y atacó. Se acercó sigilosamente por los setos hasta la primera pareja, se lanzó al cuello del que estaba sobre el otro, era uno de los chicos.
Cuando quisieron reaccionar el cuerpo de su compañero se encontraba inerte pendiendo de las fauces de su agresor.
-¡Kaia, ponte detrás de mí!- gritó el jefe.
La chica echó a correr tan rápido como pudo, pero como llevaba la túnica medio caída se tropezó y dio con sus huesos en el suelo. El bicho se acerco a ella observando su cuerpo semidesnudo, se agachó para coger impulso y saltó con la boca abierta en dirección al torso de la muchacha, esta creyó que todo había acabado pero en ese momento la bestia vaciló y en ese instante de duda uno de los chicos le golpeó haciéndole caer.
El alma del monstruo volvió a adueñarse del cuerpo y con un simple movimiento de garras decapitó al joven.
Mientras, el jefe corrió hasta donde reposaba el cuerpo de la muchacha que se había desmayado la cogió en volandas y la llevo con las demás. La se la entregó a una de las chicas y les dijo que huyeran. Se dio la vuelta para enfrentarse al grotesco animal. Se miraron a los ojos y entonces se dio cuenta de que no tenía ninguna posibilidad ante a aquella bestia ansiosa de carne y sangre. Aun así se lanzó al ataque. Al notar el golpe Ruckfyl no pudo seguir controlando al animal que se desató por completó el jefe de la panda notó como la fuerza de su oponente subía de forma desesperante segundo tras segundo. Cegado por la sed de sangre el animal se lanzo contra su enemigo arrancándole un brazo. El ángel gritó de dolor y horror al ver un muñón ensangrentado donde antes estaba su brazo pero se sobrepuso y aprovecho que Ruckfyl estaba distraído para asestarle un puñetazo en la testa. La bestia aulló y se giro, se acerco lentamente al jefe y clavo los ojos en los de su adversario. La certeza de una muerte cercana torturaba al ángel que veía como su adversario se acercaba a él. Tan sumido estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta de que el combate había acabado, pues el híbrido le había atravesado con las dos manos el corazón y había apretado hasta que este reventó. En ese instante el joven se desplomó y la criatura se agachó para beber su sangre. En esto estaba cuando apareció la policía del cielo alertada por las muchachas aun semidesnudas. La bestia sacó su hocico de la abertura que había en el pecho de su víctima y miró con el morro ensangrentado a los recién llegados. Hizo una mueca macabra que pretendía asemejarse a una sonrisa, alzó el vuelo y huyó dejando el decrepito y seco cadáver en la hierba. Su rostro, desencajado por la muerte, observaba, con los ojos en blanco, la vía de escape de su asesino.



en el siguiente capitulo se sabrá como llego este ángel a ser lo que es

hasta entonces me despido de nuevo

escuchando: Capitán Lawrence (dedicada a Lawrence Oates) [warcry]

lunes, 18 de mayo de 2009

La guerra de Alkon:capitulo 10:Asamblea

Seguimos con el ultimo capitulo del infierno, las cosas se ponen calientes en el inframundo y un nuevo demonio aparece, ya estan los elegidos por el infierno.



Capítulo 10: asamblea
En la sala solo había cuatro figuras. Un demonio grande, uno que parecía salido de un torrente de magma ya que tenía el cuerpo surcado por pequeños riachuelos dorados, otro que se ocultaba bajo una capucha, todos raros. Pero el más extraño era uno que aun se asemejaba a los humanos. Debía de ser nuevo, pero ¿Cómo demonios había llegado tan lejos?
-¿Aun falta el jefazo?-comentó Astaroth.
-Él no vendrá- dijo el nuevo
-¿Por qué?-preguntó el grandote
-porque ha cambiado de residencia-respondió, todos le echaron una mirada inquisitiva; y aclaró-Ahora vive en el fondo de un rio de azufre, yo mismo le tiré.
Hubo un intercambio de miradas entre los presentes, Ariscora ahogó un grito y Astaroth desvió la mirada pensando en quien seria ese muchacho.
La tensión fue rota por un bicho que entró en la sala, se parecía muchísimo a el que antes había muerto bajo la espada de Astaroth.
-¿Dónde está mi hermano?- rugió el demonio.
-Ya no está, le acabo de matar.
El animal soltó un chillido de horror y se lanzó hacia Astaroth con los cuernos por delante, este los esquivó y atacó a ese punto con su espada, la cual rebotó.
-Yo no tengo puntos débiles, como el inútil de mi hermano- se mofó la criatura y de un zarpazo lanzó a su enemigo al otro lado de la estancia, quedando este inconsciente. El monstruo se acercó al inerte cuerpo del demonio y se dispuso a darle el golpe de gracia. En ese momento Astaroth recuperó la consciencia y vio, con horror como la amorfa pata de su enemigo se acercaba peligrosamente a su cabeza. Ya se estaba despidiendo de la vida cuando algo se interpuso entre él y lo que le iba a matar. La pierna de su rival se paró en seco y retrocedió. Con un movimiento imperceptible incluso para el demonio con mejor vista, el nuevo cogió la cabeza del bicho con una mano que había alcanzado unas dimensiones enormes y con la otra de igual tamaño cogió el cuerpo. Tiró hacia lados opuestos hasta que el cuerpo del monstruo se separó de la cabeza. La sangre cayó como una catarata sobre los presentes, que estaban boquiabiertos. El asesino depositó con sumo cuidado el cuerpo y la cabeza de su enemigo en el suelo y murmuró unas palabras tan rápidamente que nadie le entendió. Solo pudieron saber para que las dijo cuando el cuerpo desapareció dejando solo el reguero de sangre.
-Tú ¿Quién o qué eres? –dijo el de los regueros dorados.
-Soy un demonio recién llegado del mundo humano, mi nombre es Sirtor y mi único objetivo es acabar con la mísera vida de un humano llamado Raki.


el proximo capitulo veremos una curiosa transformación en el reino de Dios

escuchando: soldiers of the wasteland (dragonforce)

lunes, 11 de mayo de 2009

La Guerra de Alkon: capitulo 9: Juego en el infierno

mientras que Raki y compañia andan perdidos ¡¡¡¡¡El juego de la supervivencia en el infierno continua!!!!

empieza el sadismo aunque no exagerado.


Capítulo 9: juego en el infierno
Astaroth estaba cansado. Había matado demasiado en un solo día y su poder rozaba el límite. Iba andando sobre uno de los canales de azufre que atravesaban el infierno, repentinamente algo se materializó en frente de él con una espada lista para atravesar todo lo que estuviera a su alcance, pero Astaroth fue más rápido. Movió la mano hacia arriba y bloqueó el arma y con la que tenia libre estranguló a su enemigo.
-Demasiado fácil, quiero demonios de más categoría para poder…
No acabó la frase porque un demonio del tamaño de una montaña apareció a escasos metros de él.
-Joder, no sé si podré vencerle en este estado; maldición, ahora que estaba tan cerca.
El enemigo no le dio tiempo para preparar un plan decente, por lo que Astaroth empezó a improvisar sobre la marcha.
Rodó hacía la izquierda para llegar a suelo firme (si caía dentro del rio no podría seguir luchando, seria muerte segura) y se refugió detrás de una roca para pensar un plan. Su mente iba a toda prisa. Asomó la cabeza para examinar a su enemigo. Era gigante, pero algún punto débil tendría.
-Piensa, maldita sea, piensa.
Astaroth observó de nuevo a su contrincante. Tenía tres cuernos en la cabeza, dos pequeños y uno grande. El monstruo rugió y al alzar la cabeza se golpeó en el cuerno mayor.
-Claro, eso podría funcionar-dijo de repente Astaroth.
Sacó su gran espada y se puso frente a su rival, que le embistió. Dando un salto el demonio esquivó el ataque y con asombrosa agilidad contraatacó golpeando el cuerno, al que partió por la mitad. El bicho soltó un alarido estremecedor y quedó quieto. Astaroth aprovechó ese momento de debilidad para asestar un golpe en la garganta. La cortó como quien corta un filete. Un reguero de sangre bañó a Astaroth.
-Exquisito- dijo tras chuparse los labios y los dedos.
Llevaba tiempo sintiendo otra presencia a parte de la del demonio, ahora cadáver, y la suya propia.
-¿Quién anda ahí? Manifiéstate- dijo mientras se giraba.
Una diablesa salió de entre las rocas. Era provocativa como la que más.
Alta, morena, los ojos negros como azabache.
Se acercó corriendo y juntó sus labios con los de Astaroth delante del reguero de sangre que aún emanaba del putrefacto cuerpo.
-Me encantan los baños de sangre-comentó la chica cuando sus bocas se hubieron separado
-Lo sé- dijo solamente Astaroth- así que tú eres la diablesa Ariscora, la sangrienta ¿me equivoco?
-Me gusta saber que la élite demoniaca conoce mi nombre.
Los dos juntos atravesaron la puerta donde les aguardaban tanto otros cinco demonios como sus respectivos destinos.


La semana que viene más, continuaremos sabiendo qué hay tras la puerta

escuchando: the cage (Sonata Arctica)

lunes, 4 de mayo de 2009

Capitulo 8: La huida

ya estoy de nuevo, no hagais caso a la entrada de debajo de esta
volvemos a ver como escapan de una muerte segura los protagonistas
una aparicion poderosa y una huida



Capítulo 8: La huida
Número seis se puso en posición de ataque. La tensión se palpaba en el ambiente, de repente una sombra atravesó el techo de la casa para caer entre los dos contrincantes. Iba ataviado con una capa negra, igual que número seis, pero era más bajo que este. La capucha se resbaló dejando una cara perfecta, con rasgos prácticamente celestiales. De inmediato los dos enemigos se arrodillaron ante el recién llegado. Stella se quedó pasmada, mirando los bellos rasgos de ese chico, que a pesar de ser tan joven, era tan guapo y tan poderoso.
Raki tiró de la mano de la chica para que se arrodillara, esta lo hizo de inmediato.
-Número uno ¿qué hacéis vos aquí?- Dijo número seis.
-Voy a hacerte pagar todo lo que le has hecho a esta familia, que tan bien han tratado a Raki.
-Tú y ¿Cuántos más?-se rebeló el otro.
En ese instante aparecieron cuatro personas armadas cada una a su manera y todos de negro, Stella supuso que serian de La Élite por el traje.
Como iban tapados con las capuchas solo se les identificaba por el número en la espalda de cada uno. El número dos blandía un hacha de guerra gigante, el tercero llevaba dos espadas pendiendo de su cintura, el cuarto llevaba una guadaña más grande que él (al llevar la capa oscura, se asemejaba a la muerte) y por último, alrededor del quinto se notaba una fuerza mística jamás vista que hizo que la chica se estremeciera.
-¿Qué está pasando aquí?-dijo el número uno-¿No deberíais estar en vuestras respectivas misiones?
-Ya no te obedecemos, te vamos a matar-dijo el del hacha.
-¿Osáis rebelaros contra mí?
Nadie respondió, el cinco y el cuatro, no le quitaban el ojo de encima a Stella.
Sin querer el número uno fue retrocediendo hasta encontrarse junto a Stella y Raki. Todos con la espalda en la pared, con el miedo pintado en sus caras y acorralados.
El número uno, al ver que no había salida, tocó con una mano a cada uno de los que estaban a su lado. Según los rebeldes saltaron hacía ellos, todo se volvió oscuro y todo daba vueltas, como si los hubieran metido en un recipiente y les giraran. De repente se hallaban en un bosque que Raki conocía bien. Era el que protegía al oráculo que estaba cerca de su pueblo.

el proximo capitulo se llama

" juego en el infierno"

y volveremos con astaroth y compañia.

escuchando: warriors of the world united (manowar)

domingo, 3 de mayo de 2009