hola a todos, una vez más vuelvo, con más fuerza que nunca tras las vacaciones (cortas) no he actualizado esto por falta de tiempo y de medios (he estado sin internet) asi que aqui va otro capitulo de la guerra de Alkon
sin dilaciones aqui lo dejo porque me muero de sueño
esta vez toca la historia del prota
Capítulo 6: Raki
-Bueno-dijo Stella- cuéntame tu historia.
-Es demasiado larga.
-El cobertizo está lejos, tenemos tiempo, además no aparentas mucho ¿Cuántos años tienes?
-Dieciocho, está bien te la contaré.
Raki se aclaró la garganta e intento aclarar sus ideas y recuerdos.
-Mi padre era el número siete de La Élite, puesto que me cedió a mí al morir él por una enfermedad contraída en una de sus misiones. Mi madre quedó destrozada por su muerte y por la que quizá sufriría yo. Nací en una aldea recóndita en los confines de Alkon, en Rotem. Cuando tenía cuatro años mi padre comenzó a entrenarme para llegar a La Élite y, a poder ser, superar su rango. A los ocho años ya podía vencer a cualquiera de mi aldea. Mi padre decía que tenía un potencial increíble. Dos días después de cumplir los diez años me admitieron en el castillo de Traskir, donde mi entrenamiento seria supervisado por el mismísimo número uno. Al cumplir los catorce años me dejaron entrar en La Élite y pasé a ocupar el puesto de mi padre y eso ha sido básicamente mi vida. Llevo luchando desde entonces como general de los ejércitos desde entonces.
Raki se calló y pareció perderse en sus recuerdos, así caminaron durante una hora o eso le pareció al número siete.
Stella sacó al joven de su ensimismamiento al darle un golpe en el hombro y decir:
-Ese es el cobertizo.
-Está bien, desde aquí ya debería funcionar. ¡TRICKSER!
Una especie de relámpago atravesó el aire como una centella y, en la mano derecha de Raki, se materializó una espada de plata con incrustaciones de piedras preciosas en la empuñadura y teñida de rojo por el filo.
Stella se quedó admirando la espada con la boca abierta mientras Raki la guardaba.
Cuando emprendían el camino de vuelta a casa de la chica, un grito rompió el silencio. Algo ocurría en la casa.
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Celebramos tu vuelta, Kou Shun'u (lo he escrito de un tirón). Alternas muy bien lo narrativo con lo descriptivo: me refiero a los pequeños gestos que destacas de los personajes; le dan mucha expresividad al relato. Puntúas mejor desde que te has acabado el Quijote...Por cierto, desde aquí mando un saludo a Yayi, que me estará leyendo, para ver si se anima a escribir...
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