Seguimos con la monotonia veraniega y con el tiempo "piscinero"que insta a todo menos a salir a las horas centrales del dia, ya pensando en mi próximo curso, por lo bonito de la novedad pero tampoco con muchas muchas ganas de tenerlo ya aqui, pero en fin, todo llega y todo pasa.
Capítulo 17: La llegada
A Raki se le erizó el pelo de la nuca, algo pasaba, algo importante. Un incendio surgió en el centro del bosque mientras que ne el cielo una tormenta electrica se desarrollaba. Armado de valor, bajó y despertó a Rotin y levantó a Stella que todavia no se habia dormidolos truenos eran cada vez más potentes y el fuego corria más rápido.
Cuando se acercaron se dieron cuenta que lo que habia causado el fuego era la propia tormenta que escupia llamaradas, algunas inmensas. Miraron hacia arriba, el cielo estaba oscuro menos cuando se ilminaba por un relampago que adquiria un tono carmesí.
La visión de Stella se cumplia. El cielo rugió y se partió en dos, de la grieta descendieron siete figuras de alas blancas y rodeados de un haz de luz. Al llegar a una altura de diez metros por encima del suelo se fueron cada uno en una dirección a una velocidad espectacular.
De pronto un terremoto avisó de que algo más pasaba, aparecieron de un agujero siete monstruos. Uno de ellos, quizás el que parecía más normal, clavó la mirada en Raki.
-Voy a por ti, aunque el plan sea lo primordial, y personalmente prefiera dormir, me ocuparé de que descanses eternamente.-dijo señalando con una espada a Raki.
El chico quedó estupefacto, viendo como se alejaban las figuras a lo lejos casi a la misma velocidad que los anteriores.
-No queda tiempo-Dijo Rotin- tendréis que dejar vuestros sentimientos para otro momento, es hora de buscar a los demás, lo que acabamos de ver no pinta para nada bien, no creo que combatirles solos sea bueno para nuestra esperanza de vida.
Algo grande se avecinaba y ellos lo sabían. Su actuación cambiaria el mundo para bien o para mal.
A muchos kilómetros del bosque, una reunión tenía lugar.
-Yo seré el nuevo líder-decía número dos- ya que yo soy el más fuerte y el cabecilla de la rebelión. Además ya me he ocupado de que dos personas ocupen el puesto que dejaron esos dos.
Un hombre y una mujer entraron en la sala y observaron con asombro lo grande que era. Los asiento dispuestos en círculos de menor a mayor altura, siete asientos como los demonios de la profecía, como los ángeles de la profecía como los humanos que salvaran Alkon o lo destruirán. La sala apenas tenia decoración, solamente un simbolo enorme de la Elite: un circulo con una figura humana con los brazos extendidos separando la luz y la oscuridad. La pareja se miró y sonrió, habian conseguido su objetivo.
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