jueves, 22 de enero de 2009

NADA VOLVERA YA A SER COMO ANTES: "La despedida"

NADA VOLVERA YA A SER COMO ANTES: "La despedida"


"Naira fue corriendo hasta el aeropuerto antes de k se fuera Aitor:-¡Aitor!-grito Naira desde la entrada del aeropuerto. No te vayas, quédate aquí conmigo!!, no me dejes sola!...Aitor se dio la vuelta y la miro triste;-Naira.....sabes que no puedo estar contigo más tiempo, es peligroso si lo ago.-¿Me da igual! Yo solo sé que quiero estar contigo.-se arrodillo y empezó a llorar.-Naira.....lo siento.-Se acerco a ella, le beso la cabeza y se fue a coger el avión.-¡Aitor!....no....no, te vayas....no me dejes....Naira corrió asta las ventanas y vio como el avión se iba, despidiéndose por última vez de su amor. El hermano la esperaba afuera para llevarla a casa, lo único que quería era llorar y desear que Aitor volviera.-¿Te encuentra bien ya hermanita?-Pregunto Carls cuando arrancaba el coche.-¡¿Estoy destrozada, no lo ves?!-Naira no podía dejar de llorar.Llegaron al garaje y Naira corrió a su cuarto, se tiro en la cama y siguió llorando."


Hoy relato corto, esta vez no es mio. Es la primera contribución ajena a este blog merece un recordatorio xD

bueno el relato es de Yuuki-chan de 13 años y se lo etiqueto en sentimental


hasta otra, os recuerdo que me podeis mandar vuestros relatos a mi direccion de correo


tasuki_kou.shun-u@hotmail.com

diciendome el nombre del relato, vuestra edad y nombre real o nick


hasta más ver

miércoles, 7 de enero de 2009

DESESPERACIÓN

Me despierto en mi cama, mirando al techo y empapado en sudor, había vuelto a soñar con ella, como todas las noches. Esa chica seria mi perdición, estoy obsesionado. Cuando ella está delante no puedo mantener la cabeza fria y digo cosas sin ningún sentido. Estoy seguro que sería capaz de enfrentarme solo a un grupo de israelitas armados, si la petición saliera de sus rojos labios.

Sacudo la cabeza y bajo como un zombie a la cocina. Mi hermana María está preparando su desayuno. Pregunto que si me puede preparar el mio. Ella monta en cólera, no lo entiendo. Se lo he preguntado amablemente. Cojo el bote de cacao y lo echo sobre mi vaso de leche. No tenemos nada para calentarlo. Desde que mis padres murieron en un accidente de tráfico, el banco nos embargó la casa y nos dejó viviendo en la indigencia. Es demasiado para los quince años que tiene mi hermana y yo aún sigo siendo un niño, aunque ya tenga la mayoria de edad.

Trabajo en dos sitios, aunque de poco nivel debido a mi falta de estudios. Los dejé en cuarto de la E.S.O. debido a la muerte de mis padres. No quiero que mi hermana acabe así y por eso trabajo tanto, para intentar proveer a María un futuro mejor.

Salgo con expresión aburrida a la calle en dirección a la fabrica de coches en la cual trabajo por las mañanas. No ocurre nada digno de mención, solo me he quemado la mano con una maquina, pero eso es totalmente normal.

Me dirijo a mi próximo puesto de trabajo: la ferretería de al lado de mi casa. Veo a Verónica, la chica con la que sueño todas las noches. Perece que ella tambien me ha visto, porque se acerca, me da un fugaz beso en los labios y se sienta en un banco. Me invita a sentarme en el banco y empezamos a hablar de banalidades que no me interesan en absoluto. Me tengo que ir, asi que la despido con cortesía. Me dice que si vamos al cine esta noche. Lo había conseguido, me había propuesto una cita. Acepto haciendo como que dudo. Despues de besarla de nuevo me levanto. No me acostumbro. el contacto con sus frios labios me hace estremecerme como el primer dia.
Me levanto y ella me da un cachete en el trasero, la miro y sonrio.

Voy por la calle, como levitandohasta que oigo un frenazo, un golpe y muchos gritos. me giro preparandome para lo peor. Alli estab, mi peor pesadilla. Verónica esta tirada en el suelo, sin expresión. De su cabeza sale un hilillo rojo. Miro al coche que la ha atropellado, es un ambulancia.
El medico se baja y lo único que puede hacer por ella es certificar su muerte. No lo puedo creer, en tres años mi mundo, los pilares sobre los que se apoyaban mis creencias se han desvanecido. Entro cabizbajo en la ferretería. Noaguanto mas. Escribo mi nota de despedida. Diciendo que esto es demasiado para mi y diciendole a mi hermana que no se rinda y que siga adelante.

Cojo el destornillador, lo pongo a la altura de mi sien y aprieto. Mi último pensamiento se lo dedico a mi querida Veronica, con la que pronto estaré. Oigo un grito, es mi jefe. Pero es demasiado tarde. Mi vida huye de mi maltracho cuerpo. Es el final.


escrito por kou shun'u el 7/5/09 (16 años)

es el primero que hago en primera persona y realista, asi que supongo que estará mal

hasta otra


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lunes, 5 de enero de 2009

Batalla contra el infierno

Batalla contra el infierno




Hacía un calor sofocante, como todos los días de esa época del año a mediodía. El ejército avanzaba pesadamente debido al cansancio acumulado. El capitán de la tropa miraba con preocupación por el lento avance de las unidades. Les habían llamado para ayudar al octavo pelotón en la batalla.
El capitán espoleó su caballo para adelantarse y observar la llanura que se abría ante él.
Lo que vió en ese sitio, le horrorizó. El campo de batalla era muy amplio, de hecho la vista no podía abarcarlo todo desde esa posición. El octavo escuadrón habia desaparecido y todo parecía ordenado. Lo único que revelaba que había corrido la sangre eran las manchas rojas en el suelo y el olor a carne putrefacta que flotaba en el aire.
El ejercito por fin había llegado a la llanura dispuesto a luchar, pero no tenían ningún enemigo, solo había un grieta en el suelo, a lo lejos. El jefe se acercó a galope y la observó. La franja parecia no tener fin. De repente vió movimiento, una lanza atravesó el cuello de su montura y él solo pudo saltar a un lado. hechó otra ojeada a la grieta y vió como centenares de criaturas escalaban la pared. El capitán hechó a correr y se reunió con el pelotón, acto seguido ordenó que prepararan las armas, no sabía que era lo que habia visto, pero fuera lo que fuese iban a luchar.
En ese momento aparecieron cerca de cien bichos deformes que parecían salidos del mismísimo infierno. luego otro centenar, y otro, y otro. Durante un buen rato empezaron a salir demonios del abismo. El capitán empezó a preocuparse, ellos eran tan solo doscientos y las bestias superanban el millar. Sabia que no saldria de esta.

Un cuerno sonó, alguien gritó, las fieras rugieron y se lanzaron al ataque.

- Ha llegado el día, hay muy pocas esperanzas de salir de esta, encomendaos a vuestros respectivos dioses, luchad pensando en vuestras familias. Hoy no venceremos, con toda probabilidad esta llanura será nuestra tumba. pero nuestros actos de hoy, pueden hacer que los dioses nos den sus favores y protejan a nuestras familias, luchad por vuestro presente, ¡LUCHAD POR SU FUTURO!

Envalentonados por las palabras de su superior los soldados se lanzaron a las fauces de la muerte. El honor y el horror se enfrentaban en una batalla perdida de antemano por los primeros.

El choque fue brutal, nadie sabía a quien golpeaba.
El capitán sabía que no debía dejarse llevar por el fragor de la batalla. Movió su espada y segó una vida, luego otra y asi repetidas veces. Notaba que se estaba empezando a excitar. Su bestia interior se apoderó del cuerpo. cogió la espada de un compañero caido y comenzó a repartir espadazos en todas las direcciones.
Bajo su hoja caían tropas enemigas a cientos, pero tambien amigas. En sus ojos el resplandor de la locura y la muerte se reflejaban. cuando empezaba a ver la luz de la esperanza, un golpe en la cabeza le devolvió a la realidad. Lo que debia ser el capitán de los demonios estaba delante de él. Manejaba una espada grande y un hacha de guerra. Ahora entendia por qué se habia enrolado en el ejército, le gustaba, le divertia y le excitaba quitar vidas y sentir su poder superior al de cualquier otro. Con la certeza de la muerte avanzó para encarar a su enemigo. Atacó con sus dos espadas, pero el rival era más fuerte y sus armas tambien. Con el primer golpe las espadas del jefe se rompieron y sintió como la espada de su contrincante le atravesaba de lado a lado. notó que las fuerzas le abandonaban. Siempre le habían dicho que a la muerte hay que sonreirla cuando te la encuentras cara a cara. Él esbozó su más cariñosa sonrisa, abrió los brazos para recibir a la muerte y el hacha de su enemigo partió su cabeza en dos. No fue tan terrible, solo un golpe y nada más. Nada más.





Escrito por Kou shun'u el 5-1-2009 (16 años)


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