lunes, 16 de febrero de 2009

La guerra de alkon: prólogo: La Profecia

ya se que no actualizo esto muy a menudo, pero entre examenes, libros que leer *MALDITO QUIJOTE* y otros proyectos no tengo tiempo.

Lo que dejo hoy es el principio de mi mayor proyecto hasta la fecha (lo que viene a partir del capitulo 10 es para +18, ironico ¿verdad?)


Prólogo: la profecía
La noche caía sobre la tierra, en torno a una hoguera se agrupaban varias sombras. Iban todas encapuchadas.
Alrededor de la hoguera lo único que se veía era un desierto sin final. Un sonido seco sonó y un hombre envuelto en una túnica se subió a una piedra y alzo su voz, potente como el trueno:
-Hermanos, nos hemos reunido en este día porque la fecha ha llegado, hoy es el día en el que se formulara la profecía y el destino de siete personas quedará marcado de por vida.
Según iba hablando su capucha iba descubriendo su rostro, era un hombre de mediana edad con el pelo rojo carmesí que le tapaba las orejas, parecía una persona seria que nunca había reído pero sus facciones eran también bondadosas.
Alzo sus brazos hacia el cielo y dijo algo en un idioma desconocido y sus rasgos cambiaron, eran unos rasgos perfectos, como de un dios, como de un diablo. Habló, pero esta vez con una voz de ultratumba:
-Siete ángeles bajaran del cielo para conquistar la tierra, en contrapartida siete demonios vendrán para hacer lo mismo, la eterna guerra entre el bien y el mal, entre la luz y la oscuridad, desolara la tierra. Pero no todo estará perdido, un pequeño grupo de personas, siete concretamente, se resistirán a desaparecer e, inconscientemente, pueden traer el orden y la paz al mundo, pero también podrán destruirlo.
Al acabar la enigmática profecía, el hombre cayó sobre la piedra desnuda, y antes de que nadie pudiera ayudarle, empezó a levitar hasta quedar varios metros por encima del resto de los profetas. Entonces comenzó a arder y un rayo le fulmino segundos después. En el banquete que se celebro después de la profecía solo se hablaba de la muerte cruel que había sufrido el profeta.
Al final del festejo, cuando el alba despuntaba en el horizonte el único encapuchado que no había hablado durante el banquete subió a la roca en la que estaba el cadáver del difunto profeta y habló:
-Sobre nuestro hermano la furia divina cayó pero no solo esta, el averno también estaba de acuerdo en que él debía morir.A todos los presentes se les heló la sangre y todos se dieron cuenta de que algo importante iba a pasar. El mundo llegaba a su fin.

Este es mi primer gran proyecto.

mandad correos a

tasuki_kou.shun-u@hotmail.com

mandad que no llega ni uno :'( xD

1 comentario:

  1. Bueno, esto promete, habrá que estar al tanto a ver qué pasa. El encapuchado ese da un poco de yuyu...

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