lunes, 18 de mayo de 2009

La guerra de Alkon:capitulo 10:Asamblea

Seguimos con el ultimo capitulo del infierno, las cosas se ponen calientes en el inframundo y un nuevo demonio aparece, ya estan los elegidos por el infierno.



Capítulo 10: asamblea
En la sala solo había cuatro figuras. Un demonio grande, uno que parecía salido de un torrente de magma ya que tenía el cuerpo surcado por pequeños riachuelos dorados, otro que se ocultaba bajo una capucha, todos raros. Pero el más extraño era uno que aun se asemejaba a los humanos. Debía de ser nuevo, pero ¿Cómo demonios había llegado tan lejos?
-¿Aun falta el jefazo?-comentó Astaroth.
-Él no vendrá- dijo el nuevo
-¿Por qué?-preguntó el grandote
-porque ha cambiado de residencia-respondió, todos le echaron una mirada inquisitiva; y aclaró-Ahora vive en el fondo de un rio de azufre, yo mismo le tiré.
Hubo un intercambio de miradas entre los presentes, Ariscora ahogó un grito y Astaroth desvió la mirada pensando en quien seria ese muchacho.
La tensión fue rota por un bicho que entró en la sala, se parecía muchísimo a el que antes había muerto bajo la espada de Astaroth.
-¿Dónde está mi hermano?- rugió el demonio.
-Ya no está, le acabo de matar.
El animal soltó un chillido de horror y se lanzó hacia Astaroth con los cuernos por delante, este los esquivó y atacó a ese punto con su espada, la cual rebotó.
-Yo no tengo puntos débiles, como el inútil de mi hermano- se mofó la criatura y de un zarpazo lanzó a su enemigo al otro lado de la estancia, quedando este inconsciente. El monstruo se acercó al inerte cuerpo del demonio y se dispuso a darle el golpe de gracia. En ese momento Astaroth recuperó la consciencia y vio, con horror como la amorfa pata de su enemigo se acercaba peligrosamente a su cabeza. Ya se estaba despidiendo de la vida cuando algo se interpuso entre él y lo que le iba a matar. La pierna de su rival se paró en seco y retrocedió. Con un movimiento imperceptible incluso para el demonio con mejor vista, el nuevo cogió la cabeza del bicho con una mano que había alcanzado unas dimensiones enormes y con la otra de igual tamaño cogió el cuerpo. Tiró hacia lados opuestos hasta que el cuerpo del monstruo se separó de la cabeza. La sangre cayó como una catarata sobre los presentes, que estaban boquiabiertos. El asesino depositó con sumo cuidado el cuerpo y la cabeza de su enemigo en el suelo y murmuró unas palabras tan rápidamente que nadie le entendió. Solo pudieron saber para que las dijo cuando el cuerpo desapareció dejando solo el reguero de sangre.
-Tú ¿Quién o qué eres? –dijo el de los regueros dorados.
-Soy un demonio recién llegado del mundo humano, mi nombre es Sirtor y mi único objetivo es acabar con la mísera vida de un humano llamado Raki.


el proximo capitulo veremos una curiosa transformación en el reino de Dios

escuchando: soldiers of the wasteland (dragonforce)

1 comentario:

  1. Insisto: pobre Raki. Espero que se ajuste a los patrones de héroe, porque si no...

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