lunes, 11 de mayo de 2009

La Guerra de Alkon: capitulo 9: Juego en el infierno

mientras que Raki y compañia andan perdidos ¡¡¡¡¡El juego de la supervivencia en el infierno continua!!!!

empieza el sadismo aunque no exagerado.


Capítulo 9: juego en el infierno
Astaroth estaba cansado. Había matado demasiado en un solo día y su poder rozaba el límite. Iba andando sobre uno de los canales de azufre que atravesaban el infierno, repentinamente algo se materializó en frente de él con una espada lista para atravesar todo lo que estuviera a su alcance, pero Astaroth fue más rápido. Movió la mano hacia arriba y bloqueó el arma y con la que tenia libre estranguló a su enemigo.
-Demasiado fácil, quiero demonios de más categoría para poder…
No acabó la frase porque un demonio del tamaño de una montaña apareció a escasos metros de él.
-Joder, no sé si podré vencerle en este estado; maldición, ahora que estaba tan cerca.
El enemigo no le dio tiempo para preparar un plan decente, por lo que Astaroth empezó a improvisar sobre la marcha.
Rodó hacía la izquierda para llegar a suelo firme (si caía dentro del rio no podría seguir luchando, seria muerte segura) y se refugió detrás de una roca para pensar un plan. Su mente iba a toda prisa. Asomó la cabeza para examinar a su enemigo. Era gigante, pero algún punto débil tendría.
-Piensa, maldita sea, piensa.
Astaroth observó de nuevo a su contrincante. Tenía tres cuernos en la cabeza, dos pequeños y uno grande. El monstruo rugió y al alzar la cabeza se golpeó en el cuerno mayor.
-Claro, eso podría funcionar-dijo de repente Astaroth.
Sacó su gran espada y se puso frente a su rival, que le embistió. Dando un salto el demonio esquivó el ataque y con asombrosa agilidad contraatacó golpeando el cuerno, al que partió por la mitad. El bicho soltó un alarido estremecedor y quedó quieto. Astaroth aprovechó ese momento de debilidad para asestar un golpe en la garganta. La cortó como quien corta un filete. Un reguero de sangre bañó a Astaroth.
-Exquisito- dijo tras chuparse los labios y los dedos.
Llevaba tiempo sintiendo otra presencia a parte de la del demonio, ahora cadáver, y la suya propia.
-¿Quién anda ahí? Manifiéstate- dijo mientras se giraba.
Una diablesa salió de entre las rocas. Era provocativa como la que más.
Alta, morena, los ojos negros como azabache.
Se acercó corriendo y juntó sus labios con los de Astaroth delante del reguero de sangre que aún emanaba del putrefacto cuerpo.
-Me encantan los baños de sangre-comentó la chica cuando sus bocas se hubieron separado
-Lo sé- dijo solamente Astaroth- así que tú eres la diablesa Ariscora, la sangrienta ¿me equivoco?
-Me gusta saber que la élite demoniaca conoce mi nombre.
Los dos juntos atravesaron la puerta donde les aguardaban tanto otros cinco demonios como sus respectivos destinos.


La semana que viene más, continuaremos sabiendo qué hay tras la puerta

escuchando: the cage (Sonata Arctica)

2 comentarios:

  1. ¿El sa..quéee? ¿Y qué iban a hacer en el infierno, si no? Vaya con Astaroth, no se anda con chiquitas...

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